A tan sólo 20 km de Amsterdam se encuentra el idílico pueblo de Marken. Este pequeño asentamiento data del siglo XIII, y tradicionalmente ha sido una sencilla aldea de pescadores ubicada en un islote. Hasta 1932, con la construcción del dique y la desalación del lago que actualmente abarca. Desde entonces, la principal actividad económica de la zona es el turismo.
Los trajes de época, las casitas de madera, el puerto y sus estrechas calles hacen de éste un destino ideal para empaparse de la esencia de Holanda.
A todo viajero que tenga pensado visitarlo, le obligo a tomar un delicioso arenque fresco en el puesto del puerto (de los mejores sitios para probarlo), especialidad. Otra recomendación es sentarse en una apetecible terraza a orillas del lago, y disfrutar de la tradicional Holanda.
Pero la visita no termina aquí. Al otro lado del lago se asienta la pequeña ciudad de Volendam. Con 22000 habitantes y en constante crecimiento, es un destino turístico muy frecuentado por el espíritu tradicional que aún alberga.
Para llegar, lo más recomendable, es coger un barco en el puerto de Marken ( 4.25€ secillo, 6.75 ida y vuelta). Una vez allí, lo mejor es relajarse paseando por Doolhof (laberinto), una zona donde las calles son estrechas y las casitas muy pintorescas.
A todo viajero que tenga pensado visitarlo, le obligo a tomar un delicioso arenque fresco en el puesto del puerto (de los mejores sitios para probarlo), especialidad. Otra recomendación es sentarse en una apetecible terraza a orillas del lago, y disfrutar de la tradicional Holanda.
No puede dejar de visitarse una de las casas que se conserva intacta por dentro, su entrada es gratuita y, en todo caso es una visita sorprendente al pasado. Si coincidís con horario de misa, os impactará ver a las ancianas vestidas con los trajes regionales acudir a la iglesia. Y si tenéis ocasión, visitad el cementerio; lugar menos turístico pero muy interesante. Aunque la puerta esté cerrada se abre empujandola.
Pero la visita no termina aquí. Al otro lado del lago se asienta la pequeña ciudad de Volendam. Con 22000 habitantes y en constante crecimiento, es un destino turístico muy frecuentado por el espíritu tradicional que aún alberga.Para llegar, lo más recomendable, es coger un barco en el puerto de Marken ( 4.25€ secillo, 6.75 ida y vuelta). Una vez allí, lo mejor es relajarse paseando por Doolhof (laberinto), una zona donde las calles son estrechas y las casitas muy pintorescas.
Para comer, recomiendo el restaurante De Koe (la vaca), donde se puede disfrutar del plato combinado tradicional: arenques, anguila ahumada y camarones. De postre una especie de tarta de manzana típica de la zona.
Otra opción es el hotel restaurante Spaander, donde os servirán otro pescado de la región, la platija. Aunque no comáis aquí ni estéis alojados, os aconsejo que entréis para conocer su colección de pinturas permanentes. Es una curiosidad que pintores sin dinero pagaran con obras sus tragos.
Quien lo desee, puede llevarse una fotografía vestido con los trajes típicos. En la zona del puerto encontrareis varios establecimientos donde os vestirán y os sacarán una foto.
Para esta visita recomiendo ir hasta Marken desde Amsterdam en autobús. La línea 111 cubre este trayecto de 45 mins. de duración, y salen cada media hora de la Estación Central en Amsterdam, por el precio de 6 strippens (zonas). Después viajar a Volendam en barco, y por último coger desde allí la linea 110 o 116 con dirección a la capital(muy importante).
En numrosas agencias podréis encontrar esta excursión por 30 o 40 €, pero recomiendo hacerla individualmente, es más divertido.
Cada vez se hace más patente la necesidad de viajar con un animal doméstico como compañía. Esta reciente tendencia, si bien hace un tiempo era difícil de instaurarse debido a la escasez de infraestructuras necesarias, hoy día se van eliminando esos obstáculos y está al alcance de todos viajar con su mascota.
Debemos mencionar un plato tan importante como es el hornazo, una empanada rellena de huevo duro, jamón, lomo de cerdo y chorizo. Esta delicatessen se come el domingo de resurrección, el lunes de Pascua y el lunes siguiente, conocido en Salamanca como Lunes de Aguas. Debe su existencia a que en épocas anteriores los huevos fueran considerados carne, por lo que no podían comerse durante la Cuaresma, pero como las gallina seguían poniendo se cocían y se consumían después de la Pascua.s 
uchos pueblos) a la Virgen. Es un bollo hecho a base de huevos, harina o almidón, aguardiente, ralladura de limón, azúcar y levadura. En todo caso, un apetitoso bocado.
Como ya he dicho, tan sólo menciono una selección de alojamientos variada para podáis haceros una idea de los servicios que ofrece Salamanca, pero existen muchas más opciones.
